Sobrante de material, una matrícula de apenas 120 alumnos y pendientes en la construcción de la Universidad Benito Juárez de Xaltocan, fue lo que encontró en su visita la Coordinadora Nacional de las Universidades del Bienestar, Raquel Sosa Elízaga, quien visitó ese municipio para conocer la situación de las instituciones en el estado.
Pese a que al evento no fue convocada la prensa, la funcionaria aceptó dar entrevista para dar a conocer la situación en la que se encuentran las instituciones de educación superior en el estado, sin embargo, reconoció que en el caso de Xaltocan encontró excedente de material, pues la obra estaba pensada para atender a mil 600 estudiantes y la matrícula no llega ni al 10 por ciento de las expectativas, no obstante aún falta por edificar la biblioteca y un espacio de estudio, pues hasta el momento se han construido cuatro salones, sanitarios, salón de usos múltiples, oficina de coordinación y auditorio.
En este sentido señaló que a pesar de las condiciones en las que encontró la construcción aseguró que para el mes de septiembre el espacio estará terminado para atender a los estudiantes que quieran realizar su preparación de educación superior en ingeniería ambiental, ya que solo falta la instalación de energía eléctrica y amueblar los espacios.
Acompañada por el alcalde Eugenio Sánchez Amador y Salomón Bernal Hernández, secretario del ayuntamiento, la funcionaria fue cuestionada sobre la falta de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para la construcción de la institución, así como la infraestructura para disponer adecuadamente aguas residuales y residuos sólidos, pues la institución, presuntamente, dispone ambos desechos a una barranca, señaló que la situación deberá ser “corregido ya que no es correcto que los desechos contaminen el medio ambiente, posiblemente sea una mala decisión provisional y hay que revisarlo”.
Sumado a lo anterior dijo que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales se encargará de atender la MIA para la construcción del edificio pues la disposición es evitar derribar árboles o sean lo menos posible y si fue necesario los ejemplares deberán reponerse.
Sosa Elízaga destacó que a pesar de esta situación hasta el momento se han invertido siete millones de pesos de los 12 que tenían disponibles para ejecutar; explicó que aunque están rebasados del presupuesto, se prevé revisar a profundidad para conocer en qué se ha invertido el recurso, pues la adquisición de materiales en exceso provocaría que este sea devuelto o guardado para concluir la edificación de la institución, ya que “la norma es que no se proceda en la compra de materiales, si no tenemos los estudiantes suficientes”.