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Trabajadores del 7 de mayo: del reclamo y la exigencia a la emoción y las selfies

En cuestión de minutos y como si se tratara de un acto de magia, los trabajadores del sindicato “7 de mayo” pasaron del reclamo y la exigencia por la toma de nota a la emoción, la alegría y la petición de selfies con una de las “corcholatas” presidenciables del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

Sí, los aguerridos trabajadores que llevan ocho meses demandando les sea reconocido la legalidad con la toma de nota que otorga el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, ayer se rindieron ante la figura del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, uno de los cuatro aspirantes a la Presidencia de la República por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

Los del 7 de mayo llegaron a un salón de conocido hotel con pancartas en mano, molestos, enojados y con gritos exigiendo respuesta para ser reconocidos legalmente como trabajadores sindicalizados.

Personal de apoyo del funcionario federal salieron para decirles que si los atendería pero con tres “condiciones”: no gritos, bajar pancartas y respeto; y sí accedieron los burócratas.

Fueron 10 minutos de diálogo entre el encargado de la política interna del país y Luis Miguel Ordoñez Pérez, integrante del Sindicato “7 de mayo”, donde le pidieron su intervención para frenar el acoso laboral y despido injustificado de que, dijeron, son víctimas; pero principalmente agilizar la  toma de nota que no han recibido desde hace ocho meses, dando prioridad a una familia que se ha apoderado de la organización sindical.

La respuesta de Adán Augusto López, fue directa “deben tener paciencia, estos asuntos laborales tardan y no es fácil mover que se transforme todo el engranaje de la justicia laboral” o ofreció dialogar con la titular de la Secretaria del Trabajo y el Tribunal Federal Laboral.

Entonces reapareció el polémico es dirigente sindical Edgar Tlapale Ramírez: “júntense los del 7 de mayo, júntense para la foto del recuerdo con el señor secretario”.

Fue así como los trabajadores pasaron del reclamo, la inconformidad, el enojo y la exigencia, a la emoción y alegría de tomarse la “selfie” con el funcionario federal y después de ahí escoltarlo agradeciendo su tiempo para escucharlos.

Como dirían los amantes de la fiesta brava que de manera literal “el funcionario federal salió en hombros”.

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