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Se requiere un alto a la simulación ante la devastación socioambiental: CFJG

El día de ayer terminó el IX Congreso Diocesano por el Medio Ambiente convocado por la Coordinadora por un Atoyac con Vida, las Pastorales Social y de Derechos Humanos de la Diócesis de Tlaxcala, así como el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, A.C., el cual se realiza año tras año en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que desde hace casi cinco décadas se conmemora en el mundo.

En esta ocasión el Congreso se conformó por dos eventos: el primero de ellos se realizó el pasado miércoles 3 de junio, con la Conferencia Magistral “Programa Basura Cero”, por parte de la Dra. Nancy Merary Jiménez Martínez, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. En el segundo de los eventos, realizado el 9 de junio, se tuvieron las ponencias del Ing. José David Torres Moya, Secretario de la Dimensión del Cuidado Integral de la Creación de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social de la CEM, y del Lic. Emilio Muñoz Berruecos,  del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, A.C., quienes abordaron el compromiso por el cuidado integral de la creación, y las acciones por el saneamiento integral de la Cuenca Atoyac Zahuapan, respectivamente. En particular la Dra. Alicia Lara Vázquez, de la Coordinadora por un Atoyac con Vida, hizo presente la memoria, preocupación y demandas de las comunidades afectadas en la Cuenca, durante la bienvenida a ambos eventos.

En la Conferencia Magistral del 3 de junio, la Dra. Nancy Merary mostró el panorama internacional respecto a la generación de residuos, donde es clara la relación de países ricos con la creciente generación de residuos, mientras que México se ubica en una mediana generación de residuos, no por ello menos preocupante. En ese sentido apuntó datos relevantes en torno a la basura, señalando que en el estado de Tlaxcala se generan diariamente alrededor de 1123 toneladas de residuos sólidos-urbanos, volumen superior al de Baja California Sur, Campeche y Colima, esto de acuerdo con datos de 2020 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat. Asimismo, explicó la experiencia del Programa Basura Cero dentro del campus de la UNAM, siendo un referente del que se pueden tomar elementos para la reducción de recursos.

Los datos apuntados por el Centro Fray Julián Garcés en voz de Emilio Muñoz, refieren nuevamente la gravedad de la situación que se vive en la Cuenca del Alto Atoyac, donde, de acuerdo a investigaciones realizadas, se detecta contaminación microbiológica, presencia de nitrógeno, así como metales pesados y químicos tóxicos, como mercurio, plomo, cianuro, arsénico, tolueno o cloroformo. Muñoz Berruecos insistió en la deficiente regulación actual en torno a las sustancias que contaminan los cauces, siendo que en el río Atoyac existen más de 100 sustancias, mientras que la Norma Mexicana (NOM-SEMARNAT-1996) solo regula 16 sustancias.

Entre otros datos también se señaló que, de acuerdo con la propia Comisión Estatal del Agua de Tlaxcala, el estado se encuentra en el lugar 17 dentro de la clasificación de las entidades del país con alto estrés hídrico, por lo que presenta riesgo de quedarse sin este recurso natural. En ese sentido, como señaló el Ing. David Torres Moya: “vivimos una crisis de agua bastante fuerte y un fenómeno del cambio climático que nos está afectando a todos”.

La devastación socioambiental que vivimos insiste en la necesidad de una intervención contundente por parte de las instancias decisoras de la política pública, así como de la propia población. En abril y mayo pasados las instancias convocantes a este Congreso presentaron una Agenda Ciudadana a candidatas/os en este tema, la cual urge sea asumida por las funcionarios/as electas en todos los niveles de gobierno. Se requiere el saneamiento integral de la cuenca con la participación de las comunidades y reparación del daño a las comunidades afectadas. Es preciso, señaló Emilio Muñoz, que cese la simulación por parte del Estado en todos sus niveles, recordando que “lo que hagamos a la tierra va a tener un efecto directo a nosotras y nosotros

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