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Los mariachis callaron… para despedir en silencio a Evelia y su pequeña nieta.

-En la colonia Velazco el dolor, la tristeza e impotencia se hicieron presentes el sábado y domingo.

Crónica

Los mariachis callaron… para despedir en silencio a Evelia y su pequeña nieta Monserrat; la pólvora les arrebató la vida a las 13:00 horas del pasado viernes en la explosión de la zona ejidal de Teometitla, del municipio de Xaloztoc en los límites con Terrenate.

La colonia Velazco, lugar donde vivieron los últimos años, el sábado y ayer domingo estuvo de luto. En el domicilio ubicado en la calle Reforma solo hay dolor, tristeza e impotencia de amigos y familiares con quienes todavía convivieron por la mañana del viernes, sin imaginar que el regreso a su hogar sería sin vida y dentro de en un féretro.

El reloj marca las 12:00 horas el sacerdote Bernardo Fierro inicia la celebración eucarística en la capilla de la colonia. Y las palabras de aliento y resignación no son insuficientes “que descansen en paz y Dios las reciba en su reino” se escucha en coro.

Familiares cercanos a las dos lamentables víctimas piden respeto para no hacer preguntas y, en lo posible, tomar solamente imágenes generales. El hermetismo por lo sucedido es evidente. La llegada de extraños a la comunidad genera inquietud entre los vecinos.

A las 12:48 concluye la misa. Afuera, ya están listas dos carrozas para trasladar los cuerpos de la señora Evelia y su nieta Monserrat de apenas seis años. Y lo hacen en una caravana vehicular hacia el panteón de Xaloztoc localizado a siete kilómetros del lugar, en la Colonia Venustiano Carranza en la cabecera municipal.

Al fondo las notas musicales de “Las Golondrinas” a cargo del mariachi local hacen sentir esa tristeza y el dolor por la pérdida de los seres queridos; es inevitable no derramar lágrimas.

El recorrido de Velazco al campo santo es lento; es resguardado por elementos de seguridad y de protección civil; al paso de 30 minutos la caravana llega a su destino final para dejar a las dos mujeres descansar en la última morada.

Esta desgracia deja marcas.  Una vez más, sí, nuevamente la actividad artesanal, la pirotecnia, teniendo como elemento base la pólvora, cobra víctimas en ese municipio. Saber las causas por las cuales se registró la explosión no regresará la vida de las personas, murmuran.

La pirotecnia es un arte, es un ritual que no permite errores. Que deja secuelas para siempre. Que deja dolor y tristeza, pero también orgullo y alegría en cualquier fiesta patronal. El juego de la vida está en manos de quienes la elaboran…ojalá que no se sigan contando estas historias. Solo el destino y Dios lo decidirán.

En la tierra del mariachi otra vez la pólvora cobró vidas en San Cosme Xaloztoc.

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